Tengo un mambo en la cabeza. Intenté escribir tantas cosas durante este tiempo. Pero todo suena incoherente. En un momento siento y pienso algo, y en el siguiente cambio totalmente. Las otras veces que sentí el corazón roto, fueron momentos de inspiración, en donde llenaba el vacio, escribiendo y haciendo catarsis por acá. Mi realidad ahora cambió, no me siento vacia, solo con el corazón roto. Hay días que lloro por las noches, cuando recuerdo las cosas que le diría de frente. Y hay días que la sonrisa no se va de mi cara, por todas las cosas que estoy viviendo. Hay días que lo extraño mucho, y hay días que no tengo tiempo ni de imaginarlo. Tengo tantas hojas repartidas con pensamientos, conversaciones, textos, que en algún momento formaron parte de lo que quería contar. Hoy no se por donde empezar. Quizás lo más normal sería arrancar por el principio, pero como no me rijo por la normalidad, voy a empezar por el final. Hace casi dos meses, se esfumó. Tomó la decisión de desap