Estoy de novia hace un año, o casi, o algo así. Es difícil saberlo cuando no tenes una fecha, cuando simplemente se dieron las cosas. El no tener una fecha de aniversario me ha generado varios mares de lágrimas, incertidumbre, dolores de cabeza y peleas. Es que me aferré a la idea de los comienzos y finales definidos. Mis historias (efímeros romances) siempre fueron así, todo lo que comenzó también terminó. Me acostumbré a las fechas de elaboración y a las fechas de vencimiento, momento en donde me sentía usada y descartada. Y de repente, llegó él, cuando menos lo esperaba y quizás mas lo necesitaba (incluso sin saberlo). Cuando lo conocí, hacia un año -un poco más- que me había rendido en el amor, estaba convencida que no servia para eso y que tampoco lo merecía. Con él, todo fue distinto desde el principio, lo conocí poco a poco, paso a paso, dimos pasos lentos, pero seguros. Todo siempre se sintió bien, querernos no dolía. Hasta hace unos días, que me cuesta do...