Estoy de novia hace un año, o casi, o algo así. Es difícil saberlo cuando no tenes una fecha, cuando simplemente se dieron las cosas.
El no tener una fecha de aniversario me ha generado varios mares de lágrimas, incertidumbre, dolores de cabeza y peleas. Es que me aferré a la idea de los comienzos y finales definidos. Mis historias (efímeros romances) siempre fueron así, todo lo que comenzó también terminó. Me acostumbré a las fechas de elaboración y a las fechas de vencimiento, momento en donde me sentía usada y descartada.
Y de repente, llegó él, cuando menos lo esperaba y quizás mas lo necesitaba (incluso sin saberlo). Cuando lo conocí, hacia un año -un poco más- que me había rendido en el amor, estaba convencida que no servia para eso y que tampoco lo merecía.
Con él, todo fue distinto desde el principio, lo conocí poco a poco, paso a paso, dimos pasos lentos, pero seguros. Todo siempre se sintió bien, querernos no dolía. Hasta hace unos días, que me cuesta dormir y cuando lo hago, es con angustia. Recién esta mañana descubrí que eso atragantado en la garganta y el pecho es MIEDO.
MIEDO a que exista una fecha de vencimiento
MIEDO a no ser suficiente
MIEDO a que encuentre alguien mejor
MIEDO a que me engañe
MIEDO a que no me quiera más
MIEDO a no seguir siendo correspondida
MIEDO, MIEDO, MIEDO...
Es miedo a lo desconocido, a la incertidumbre de no poder controlar lo incontrolable. Por primera vez me siento amada y también es mi primera vez amando de la manera en que lo amo. Y no quiero perder nada de eso.
Anoche, en medio de mi angustia, él me pidió que confié, que me va a respetar siempre; que me quiere mucho, y que no me va a lastimar. Esa última afirmación fue suficiente para dormir en paz.
Y hoy, ahora, me di cuenta que esa falta de fecha de inicio del "nosotros" hace posible que tampoco exista una fecha final. Y por suerte, mi corazón dejó de latir raro, las lagrimas dejaron de caer, y la mente encontró tranquilidad de nuevo.
Entendí que con él todo eso desconocido es bueno, nuevo, y se siente bien, y se diferencia de todo lo que conocía antes, que era viejo, repetitivo y doloroso. Comprendí que los miedos son cosas mías, y que me toca ser valiente. Los miedos seguro nunca desaparezcan completamente, sino que tengo que seguir amándolo aún cuando esos miedos en mi cabeza resurjan.
Comentarios
Publicar un comentario