Hace 2 años estaba intentando superar a alguien que me había roto en mil pedazos. En este último tiempo sentía tan lejana esa horrible sensación de dejar ir a Martín, que al sentirla hoy de nuevo, me rememora ese tiempo en que muchas cosas perdieron sentido, hasta yo perder mi identidad. Hoy tiene otro nombre, pero ya no importa, si en definitiva, al final, sin importar quien sea él, todo se repite, y quedo yo sola, tocando fondo y sufriendo por un amor que no fue.
¿Qué significa tener el corazón roto? Significa esa pelota en el estómago que no logras disolver, significa que ni hambre tenés. Por dentro te retorcés del dolor en el pecho, teniendo mil sentimientos a la vez. Hay momentos en que sentís hasta lástima por vos misma. La angustia se localiza en la garganta, y las lágrimas se hacen inevitables. El sueño se va, la cabeza no te deja sacar eso ni un segundo de tus pensamientos. Querés parar de sentir y pensar, inútilmente, porque por más que quieras taparlo, no podes. Por horas y días podes llegar a sentir que de nada vale levantarse y caretear que todo esta bien.
Mientras todo ese proceso pasa por nuestro cuerpo, en nuestra mente da vueltas la sensación de que nunca encontraremos a alguien que nos ame realmente. Todo ese malestar en el cuerpo es resultado de todos esos fantasmas e inseguridades que nos persiguen a aquellos que nunca fuimos amados o al menos correspondidos en el amor. Es sentirse todavía más pequeño de lo que uno cree que es. Es una pesadilla que se vuelve realidad y que por mas que grites, patalees no se puede cambiar.
Mil veces escribí sobre sentirse bien, saber que uno se completa a si mismo, y que esperar la media naranja no sirve, porque cosas a medias no hacen bien, pero en ese proceso es difícil dejar de creer que quizás haya alguien que en vez de completarte, te complemente. Queramos o no, nos agobia la soledad. Me he dado el tiempo para superar viejos amores, me he repensado, he cambiado, cada vez soy una mejor versión de mi misma, me he equivocado y me he corregido. Aprendí a quererme y respetarme como antes no lo hacía, pero en mi interior se que no es suficiente. Uno de mis anhelos más profundos es poder probar toda esa evolución, demostrar que la madures que te regala la experiencia te hace estar cada vez más preparada para afrontar nuevos desafios.
Escuché tantas veces la frase "Sos muy buena mina, mereces algo mejor" que cada vez se siente peor, y hasta suena a algo malo. ¿Cuan bueno o malo hay que ser para merecer una relación sana?¿Cuál es la medida necesaria para que te quieran en serio? Mientras aparecen todas esas preguntas que solo logran que crezcan tus propias inseguridades sobre quien sos, para ellos la vida sigue, como si nada hubiera pasado, como si vos fueras solo una anécdota que hasta pareciera ser olvidada de acá a un tiempo.
Que triste que un amor parezca tragedia, y no que sea recordado como algo que vino para hacerte feliz. Que triste que tantas relaciones se terminen porque uno lastimó al otro, y no como un proceso natural de ciclos que concluyen. Que triste que haya tanto desamor, cuando amar es tan lindo. Que triste llorar porque se terminó, en vez de sonreir recondando los momentos en que reiste acompañada.
Se siente raro, volver a escribir sobre esas cosas que ya sentí alguna vez, e intentar ponerle palabras distintas, o interpretarlas de otra manera. ¿Cómo expresar que una está rota, sin querer que esas palabras se vuelvan todavía más realidad de la que ya son? Quizás no me corresponda pensarlo, simplemente sentirlo, expresarlo y dejar que poco a poco se vaya.
Por momentos me pregunto si ya es tiempo de dejar de intentarlo. Y no estoy segura que esa sea la respuesta, en realidad no tengo respuestas, son más incertidumbres que seguridades, es volver a preguntarme ¿Quién soy? y mientras tanto levantar uno a uno los pedazos, juntarlos y armar el rompecabeza de una manera distinta pero haciendo que todas las piezas encajen, quizás de una vez por todas encuentre la correcta y no tenga que volver a correr el riesgo de desarmarme nuevamente, al menos por un tiempo.
Mientras tanto, lloro todo el dolor, para sacarlo, para regar la felicidad que posiblemente logre cosechar de acá a un tiempo, cuando las heridas sanen y el corazón sonría.
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