Él cree que la felicidad está en el futuro. Ella cree en ser feliz hoy. El prioriza llenar sus bolsillos de dinero para tener la vida que quiere. Ella, aunque le preocupa llegar a fin de mes, prioriza vivir la vida en el presente. El fin de semana pasado, ambos tuvieron días perfectos. Para él eso significa descansar solo un poco y concretar negocios exitosos. En cambio, para ella, fue una combinación de campo, pileta, amigas, Cosquin Rock, cantar y gritar sin parar, saltar, bailar, reír, encapsularse en esa felicidad difícil de explicar.
Es raro que ambos se sientan atraídos siendo tan distintos. Nunca se vieron en persona, pero siguen prometiendose hacerlo. Quizás algún fin de semana se concrete, que sus diferencias se alineen y puedan encontrarse de una vez por todas.
Él siempre la soprende con sus palabras. Ella se preocupa por él. Ni siquiera viven en la misma ciudad, pero parecen estar conectados. Las diferencias parecen desaparecer cuando los dos están en la misma sintonia. Incluso cuando saben que hasta sus ideologías son opuestas, tienen momentos de congruencia y en donde aprendieron a escucharse.
El se arriesga en los negocios, siempre necesita emprender algo nuevo. Corre todos los riesgos que sean necesarios. Ella hace rato que anda buscando ese coraje para aventurarse y cambiar su rumbo laboral y profesional. Quizás ahí encuentre la razón por la cuál ella lo admira y le atrae.
Ella, disfruta como nadie lo mucho o poco que tiene, siempre encuentra palabras de contención y es buena escuchando. Aunque no se caracteriza en ser cariñosa, si sabe como regalar gestos, que sin duda son mimos al otro. Tiene la necesidad de cuidarlo, y mostrarle otra visión de las cosas, de esas intangibles, que el dinero no te da. Será por eso que él, quiere permanecer en la vida de ella.
La vida, el destino, la suerte o como quieran llamarlo, decidirá si ellos logran juntarse alguna vez. Tal vez, solo sea fantasía lo que les pasa. Quizás, nunca lleguen a conocerse. Lo que si es cierto y real, es que sin buscarse, se encontraron, y al menos hoy, eso les saca una sonrisa, porque no se sienten solos. No tienen condiciones, ni una relación, ni siquiera son amigos. No hay cadenas, ni compromisos, son libres. Lo único que los une son esas diferencias que se complementan para acompañarse en lo que al otro le falta.
Aunque suene raro, en estos momentos, dos desconocidos aprenden a quererse tal cual son, no buscan ser pareja, simplemente disfrutan que hoy pueden compartir algo, que con nadie más pueden hacerlo. Internet es su única conexión, y al parecer, para ellos, funciona bien.
Es raro que ambos se sientan atraídos siendo tan distintos. Nunca se vieron en persona, pero siguen prometiendose hacerlo. Quizás algún fin de semana se concrete, que sus diferencias se alineen y puedan encontrarse de una vez por todas.
Él siempre la soprende con sus palabras. Ella se preocupa por él. Ni siquiera viven en la misma ciudad, pero parecen estar conectados. Las diferencias parecen desaparecer cuando los dos están en la misma sintonia. Incluso cuando saben que hasta sus ideologías son opuestas, tienen momentos de congruencia y en donde aprendieron a escucharse.
El se arriesga en los negocios, siempre necesita emprender algo nuevo. Corre todos los riesgos que sean necesarios. Ella hace rato que anda buscando ese coraje para aventurarse y cambiar su rumbo laboral y profesional. Quizás ahí encuentre la razón por la cuál ella lo admira y le atrae.
Ella, disfruta como nadie lo mucho o poco que tiene, siempre encuentra palabras de contención y es buena escuchando. Aunque no se caracteriza en ser cariñosa, si sabe como regalar gestos, que sin duda son mimos al otro. Tiene la necesidad de cuidarlo, y mostrarle otra visión de las cosas, de esas intangibles, que el dinero no te da. Será por eso que él, quiere permanecer en la vida de ella.
La vida, el destino, la suerte o como quieran llamarlo, decidirá si ellos logran juntarse alguna vez. Tal vez, solo sea fantasía lo que les pasa. Quizás, nunca lleguen a conocerse. Lo que si es cierto y real, es que sin buscarse, se encontraron, y al menos hoy, eso les saca una sonrisa, porque no se sienten solos. No tienen condiciones, ni una relación, ni siquiera son amigos. No hay cadenas, ni compromisos, son libres. Lo único que los une son esas diferencias que se complementan para acompañarse en lo que al otro le falta.
Aunque suene raro, en estos momentos, dos desconocidos aprenden a quererse tal cual son, no buscan ser pareja, simplemente disfrutan que hoy pueden compartir algo, que con nadie más pueden hacerlo. Internet es su única conexión, y al parecer, para ellos, funciona bien.
Comentarios
Publicar un comentario