María tiene una duda y una certeza.
La duda? Que exista un ser capaz de quererla tal cual es. La certeza? Que merece ser amada, valorada y respetada. Es común que muchas mujeres convivamos con este tipo de dicotomías, que muestran esa vulnerabilidad única a la cual nos vemos expuestas. Saber que nacimos para el amor, pero no estar convencidas de que exista para nosotras.
Hay algunas películas y cuentos nuevos, que tienen al romance o el drama como hilo conductor, que han cambiado el rol de su protagonista. Ahora aparecen mujeres independientes, que van de frente, que no dan vueltas, que dicen lo que piensan y hacen lo que quieren. Es ahí cuando aparece el coprotagonista, ese hombre carilindo, cuerpo marcado, sonrisa perfecta, conocido como "chico malo", uno de esos de los que hay que alejarse porque con su perfil irresistible, manejan y rompen corazones como costumbre. Quizás sea una tarea inconsciente o consciente, pero constante. Muchos explican este labor como la consecuencia de una triste historia de amor pasada, que los dejo rotos para siempre.
Estas mujeres inteligentes, astutas, racionales, parecen estar atraídas por un imán hacia estos seres, que se convierten en un desafío. Ellas se consideran la persona indicada para sanar esos viejos rencores y demostrarles que no van a sufrir si permanecen cerca. Quizás la ambición, quizás el anhelo por ser amadas, como a ellas les gustaría, las lleva a entregar su corazón que mil veces se negaron a hacerlo cuando por alguna excusa poco creíble descartaron al "buenito", a la "jugada cantada", al que no les haría daño y entregaría más de lo que incluso está dispuesto a recibir, pero que sin duda no significa ningún incentivo para superar.
Hasta ahí todas conocemos y entendemos la historia. Y hasta podemos predecir como sigue. Él, en su afán de no poder amar de nuevo por su mala experiencia, empieza con condiciones, pretextos, caprichos, se victimiza constantemente cada vez que no quiere darle a ella lo que necesita para que la relación avance, pero sin embargo se comporta de una manera que la hace sentir especial cuando esta con él, como nunca lo sintió antes, vive esas aventuras o momentos que le siguen dando cosquillas en la panza. Aunque ella sabe que eso es momentáneo, y que luego el va a retroceder varios casilleros, terca, convencida de que puede, sigue cediendo y adaptándose, perdonando y creyendo que a pesar de todo, él la va a elegir.
La trama sigue, él boicoteando lo bueno que tiene, sin querer aceptar que la quiere, llega un punto en que se manda un moco lo suficientemente grande, como para decepcionarla y alejarla. La inminente separación, tristeza y dolor para ella. Pero es una película romántica, y se supone que no tiene que terminar así. Ella después de todo, lo perdona, vuelven, y él promete cambiar. No se sabe como sigue, si realmente cumple su promesa o todo vuelve al principio otra vez.
A María le suena familiar esta trama, y no es por la repetitivas veces que vió peliculas similares. Es porque más de una vez pasó por relaciones así. Conoce el paso a paso de como se comportan sus malas elecciones, y aunque va aprendiendo algunas cosas, siempre elije a los dañados, a esos que no son capaces de amarla. La diferencia está en el final. En la realidad, esas relaciones se terminan, porque el cambio nunca llega, y el daño ya está hecho.
Nos han hecho creer que esta nueva generación de mujeres, por su naturaleza debe ser fuerte y soportar más que el resto, que no importan los dolores que ha tenido que superar, siempre estará de pie. Es injusto ¿no? ¿Por qué una mujer debería de mostrarse blindada?
María es feliz siendo esa mujer independiente que puede valerse por si sola en muchas cosas, pero sigue esperando encontrar un compañero, un hombre independiente que también sea capaz de valerse por si solo, incluso cuando necesite sanar su propio corazón, así como hizo ella, que le tomo tiempo, pero que a la larga entendió, que no se trata de que alguien te pueda hacer feliz o infeliz. Se trata de que:
La duda? Que exista un ser capaz de quererla tal cual es. La certeza? Que merece ser amada, valorada y respetada. Es común que muchas mujeres convivamos con este tipo de dicotomías, que muestran esa vulnerabilidad única a la cual nos vemos expuestas. Saber que nacimos para el amor, pero no estar convencidas de que exista para nosotras.
Hay algunas películas y cuentos nuevos, que tienen al romance o el drama como hilo conductor, que han cambiado el rol de su protagonista. Ahora aparecen mujeres independientes, que van de frente, que no dan vueltas, que dicen lo que piensan y hacen lo que quieren. Es ahí cuando aparece el coprotagonista, ese hombre carilindo, cuerpo marcado, sonrisa perfecta, conocido como "chico malo", uno de esos de los que hay que alejarse porque con su perfil irresistible, manejan y rompen corazones como costumbre. Quizás sea una tarea inconsciente o consciente, pero constante. Muchos explican este labor como la consecuencia de una triste historia de amor pasada, que los dejo rotos para siempre.
Estas mujeres inteligentes, astutas, racionales, parecen estar atraídas por un imán hacia estos seres, que se convierten en un desafío. Ellas se consideran la persona indicada para sanar esos viejos rencores y demostrarles que no van a sufrir si permanecen cerca. Quizás la ambición, quizás el anhelo por ser amadas, como a ellas les gustaría, las lleva a entregar su corazón que mil veces se negaron a hacerlo cuando por alguna excusa poco creíble descartaron al "buenito", a la "jugada cantada", al que no les haría daño y entregaría más de lo que incluso está dispuesto a recibir, pero que sin duda no significa ningún incentivo para superar.
Hasta ahí todas conocemos y entendemos la historia. Y hasta podemos predecir como sigue. Él, en su afán de no poder amar de nuevo por su mala experiencia, empieza con condiciones, pretextos, caprichos, se victimiza constantemente cada vez que no quiere darle a ella lo que necesita para que la relación avance, pero sin embargo se comporta de una manera que la hace sentir especial cuando esta con él, como nunca lo sintió antes, vive esas aventuras o momentos que le siguen dando cosquillas en la panza. Aunque ella sabe que eso es momentáneo, y que luego el va a retroceder varios casilleros, terca, convencida de que puede, sigue cediendo y adaptándose, perdonando y creyendo que a pesar de todo, él la va a elegir.
La trama sigue, él boicoteando lo bueno que tiene, sin querer aceptar que la quiere, llega un punto en que se manda un moco lo suficientemente grande, como para decepcionarla y alejarla. La inminente separación, tristeza y dolor para ella. Pero es una película romántica, y se supone que no tiene que terminar así. Ella después de todo, lo perdona, vuelven, y él promete cambiar. No se sabe como sigue, si realmente cumple su promesa o todo vuelve al principio otra vez.
A María le suena familiar esta trama, y no es por la repetitivas veces que vió peliculas similares. Es porque más de una vez pasó por relaciones así. Conoce el paso a paso de como se comportan sus malas elecciones, y aunque va aprendiendo algunas cosas, siempre elije a los dañados, a esos que no son capaces de amarla. La diferencia está en el final. En la realidad, esas relaciones se terminan, porque el cambio nunca llega, y el daño ya está hecho.
Nos han hecho creer que esta nueva generación de mujeres, por su naturaleza debe ser fuerte y soportar más que el resto, que no importan los dolores que ha tenido que superar, siempre estará de pie. Es injusto ¿no? ¿Por qué una mujer debería de mostrarse blindada?
María es feliz siendo esa mujer independiente que puede valerse por si sola en muchas cosas, pero sigue esperando encontrar un compañero, un hombre independiente que también sea capaz de valerse por si solo, incluso cuando necesite sanar su propio corazón, así como hizo ella, que le tomo tiempo, pero que a la larga entendió, que no se trata de que alguien te pueda hacer feliz o infeliz. Se trata de que:
"Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento"
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