Llegaron esos días de otoño/invierno en que todo se torna gris, la lluvia trasciende las horas y parece no terminar más. Pero una noche, miras para arriba, casi desesperanzada, y ves el cielo, por fin, limpio, totalmente despejado, las estrellas iluminando más que nunca, y es ahí, que agradeces porque sabés que la tormenta terminó, y que todo pasa. Al día siguiente, el sol brillante te despierta, allá en lo alto, acompañado de un cielo celeste puro, todo es luz.
Con la vida pasa lo mismo, un día te sentís tan gris, que no podes pensar de otra manera que no sea medido por una tormenta de negatividad, y de repente, tu mente se despeja, encontrás esas estrellas que guían tu camino de nuevo. Aprendés a brillar por vos misma, allá en lo alto, sonriendole a la vida y a todo aquel que se te cruce. Y es que, descubriste, que ante cualquier pronóstico, hay algo tan impredecible como el clima, y es lo que vos podés crear y generar.
Esa tormenta fuerte, llamada tristeza, junto con esa lluvia de lágrimas, en medio de ese mundo caído, por algo pasó, y no fue solo para inundar tu alma, sino que también sirvió para regar. Y como sabemos, con la suficiente agua, todo se enverdece, tal cual la esperanza; todo empieza a dar sus frutos, y por fin, podemos cosechar lo que sembramos con tanto esfuerzo.
Si hoy sentis que tu espíritu esta en medio de una catástrofe natural, esperá, tené paciencia, dejá que todo eso arraste lo malo, porque pronto, muy pronto, te prometo, vas a volver a ver el sol, y va a ser el más hermoso de todos, porque esa estrella brillante, vas a ser vos, que por fin, va a estar preparada para iluminar a los demás.
Con la vida pasa lo mismo, un día te sentís tan gris, que no podes pensar de otra manera que no sea medido por una tormenta de negatividad, y de repente, tu mente se despeja, encontrás esas estrellas que guían tu camino de nuevo. Aprendés a brillar por vos misma, allá en lo alto, sonriendole a la vida y a todo aquel que se te cruce. Y es que, descubriste, que ante cualquier pronóstico, hay algo tan impredecible como el clima, y es lo que vos podés crear y generar.
Esa tormenta fuerte, llamada tristeza, junto con esa lluvia de lágrimas, en medio de ese mundo caído, por algo pasó, y no fue solo para inundar tu alma, sino que también sirvió para regar. Y como sabemos, con la suficiente agua, todo se enverdece, tal cual la esperanza; todo empieza a dar sus frutos, y por fin, podemos cosechar lo que sembramos con tanto esfuerzo.
Si hoy sentis que tu espíritu esta en medio de una catástrofe natural, esperá, tené paciencia, dejá que todo eso arraste lo malo, porque pronto, muy pronto, te prometo, vas a volver a ver el sol, y va a ser el más hermoso de todos, porque esa estrella brillante, vas a ser vos, que por fin, va a estar preparada para iluminar a los demás.
Comentarios
Publicar un comentario