Ir al contenido principal

Una historia que no es historia


Este verano obtuve varias historias que no son historias, que por cortas o complejas marcaron algo que merece ser contado o al menos relatado, que por experiencia he aprendido a guardarlas bajo llave para verlas solo cuando el corazón deje de sentir, y no sabe para donde ir, si correr o permanecer, si amar o dejar ir.

La historia que les cuento inició en mi cumpleaños, que aunque no es "historia", y si presente, "relato corto" antes que novela, la voy a escribir para expresar una "duda que sin dudas", se mantiene en mi cabeza, que si el miedo no existiera, ¿qué carajo es lo que haría?.

Existe un tipo de hombre que enamora a simple vista, que por su encanto y personalidad saca suspiros de inmediato. No es el caso del que voy a hablar, que por el contrario con su cara de culo, su mirada con aires de superioridad, su personalidad arrogante, lo único que genera a simple vista es rechazo y querer mantenerlo lejos, "por pelotudo".

La primera vez que lo vi fue en enero de 2015 en mi cumpleaños anterior. Esa noche pasó desapercibido entre toda la gente buena onda, que a diferencia de él, sabe sonreír. Lo crucé en otras oportunidades y festejos, siempre me generó rechazo, como seguramente yo a él, porque ni siquiera nos saludamos. Fue recién en mi último festejo que cayó con mis amigos a casa, en un ambiente más íntimo en donde surgieron cosas inesperadas.

Cuando llegaron, no pude contener mi mala cara al ver que entraba, pero luego se fue suavizando. Como era de esperar, se mantuvo distante y serio, alejado de todos. Empezamos a tomar, copas van, copas vienen, fueron surgiendo anécdotas de salidas y cosas que sabíamos del resto, entre bromas, el sujeto empezó a esbozar una sonrisa. Y todo fue cambiando poco a poco.

Por alguna razón a lo largo de la noche, él se acercó a hablarme. Creo que recién en ese momento conocí su voz, no recuerdo la charla, pero seguramente no fue nada importante, considerando que el alcohol ya estaba haciendo efecto. Fuimos interrumpidos por una amiga que a lo lejos se le notaba la baba por él. Lo mejor fue irme y dejarlos hablar solos. Jamás admitiría que me estaba empezando a gustar aunque sea un poquito. Primero, por lo mal que me caía horas atrás, y segundo, porque mi corazón seguía latiendo por otro.

Desde esa conversación, curiosamente él no me sacó la vista de encima, y a decir verdad yo tampoco pude. Pasaron las horas, y mi opinión fue cambiando, estabamos sentados lejos, pero nuestras miradas quemaban. Pudimos intercambiar algunas otras palabras, hasta que antes de irse me dió su número. Esa noche no hablamos, sino hasta el otro día que "Gato Tomás" (apodo que se ganó por sus precedentes) apareció en una versión distinta, quizás impensada unos días atrás.

Las charlas surgieron solas, nos empezamos a contar cosas, y planificar volver a cruzarnos. Nuestros grupos de amigos se empezaron a llevar bien, y los encuentros improvisados se hicieron frecuentes. Al poco tiempo, en una de esas juntadas, nos quedamos solos y mostramos lo vulnerables que eramos, contandonos todas nuestras inseguridades y grandes miedos. Llegamos a un momento clave, en donde podían pasar solo dos cosas: salir corriendo o empezar algo y ser compañia.

Como siempre, estaba dispuesta a arriesgarme, y se lo demostré. Él decidió el camino contrario, prefirió escapar a lo que le pasaba, y desapareció. Si hubiese decidido quedarse a mi lado, muchos de los eventos desafortunados que pasaron, jamás habrían existido, pero no fue lo que pasó. De mi parte, bajo una nueva decepción, no pedí explicaciones ni tuve tiempo de pensar, simplemente acepté que esa era la realidad y avance.

Por meses no tuve noticias de él, no me volvió a escribir, ni me lo volví a cruzar, simplemente se esfumó. Hasta hace dos semanas, cuando invite a algunos de sus amigos para que fueran a la fiesta de una amiga, que para mi sorpresa, tuvo la cara para aparecer. Cuando lo vi, no sabía si poner cara de forra e ignorarlo, o mostrarle que no soy igual que él. Opté por la segunda, como dije muchas veces, no tengo lugar para el rencor en mi corazón, y no dejaría que por él deje de lado todo lo que aprendi.

Me di cuenta que cuando lo miraba, solo veía sus ojos tristes que necesitaban decirme algo, pero no podía dejar que su vulnerabilidad me cautivara otra vez, porque es de los que huyen, no de los que quedan. Esa noche, fue uno más ante mis ojos, aunque por dentro, me preguntaba que hubiera sido de nosotros si él no fuera tan cagón. Al parecer también se lo preguntó, porque hace una semana que inventa excusas para verme, y me escribe casi todos los días. Siempre terminamos peleando, porque esta vez la que sale corriendo soy yo, no de él, sino de toda situación en la cual mi mente y corazón quedan comprometidas. Quizás ahora sea yo la cobarde, pero solo con aquellas personas que demostraron que posiblemente no se arriesgarían por mi.

Esta historia que no es historia, pasada y tan presente. Esta historia que no es historia, quizás terminó antes de empezar, por el miedo de arriesgarse, y volverse a enamorar.


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Amor ¿Complicado o simple?

Siempre tuve en mi mente una increíble imaginación respecto a como sucedería el amor en mi vida. Una mezcla entre la historia de mis padres, las películas románticas, los cuentos de Disney y un tanto de mi propia imaginación. Hasta hace poco, todo lo que me había sucedido fue en la dirección opuesta. Hasta hoy, que estoy en un momento de grandes dudas: Dudo del amor de manual. Dudo de lo que creí sentir con mis ex parejas, porque no creo hayan sido reales, ni sinceros. Me suena solo a sensaciones y actos reflejos del "no estar sola". Me hace abrir los ojos y darme cuenta que quizás fue por eso que tampoco funcionó. No se trataba de que el otro me hizo daño, sino más bien, de que los sentimientos por parte de los dos no existían, pero como buena negadora, no me dí cuenta. Dudo de que mi primera vez en todo se sintieran como primera vez. Dudo de lo que imaginé sería mi amor ideal. Dudo de mis ideales en el amor, y del "si lo tengo que pedir no sirve".

Ser Feliz o Estar Feliz

En inglés "Be Happy" significa lo mismo: ser feliz o estar feliz. Pero en nuestro idioma eso cambia, no? Una de las definiciones que encontré en la RAE de SER es "existir" y de ESTAR , "existir en esa situación, condición o modo actual de ser" . Y me parecen suficientes para explicar lo que durante dos noches me viene dando vueltas hasta dejarme sin sueño. Tantas veces nos han dicho que tenemos que SER FELICES, que viene de la mano con el mismo hecho de existir, incluso a mi me tocó decir "en esta vida vinimos a SER FELICES", lo cual suena permanente, constante, y que tiene que durar, se transforma en obligación. Hace que sea un objetivo por alcanzar, y para lograrlo parece cuesta arriba, difícil mantenerlo, hasta entristecernos por NO PODER SER FELICES todo el tiempo, le mete sufrimiento a algo que se supone no tendría porque tenerlo, y es que la vida misma nos enseña desde momentos duros, desde decepciones, desde traiciones, desde las

Desgarro al corazón...

Hace 2 años estaba intentando superar a alguien que me había roto en mil pedazos. En este último tiempo sentía tan lejana esa horrible sensación de dejar ir a Martín, que al sentirla hoy de nuevo, me rememora ese tiempo en que muchas cosas perdieron sentido, hasta yo perder mi identidad. Hoy tiene otro nombre, pero ya no importa, si en definitiva, al final, sin importar quien sea él, todo se repite, y quedo yo sola, tocando fondo y sufriendo por un amor que no fue. ¿Qué significa tener el corazón roto? Significa esa pelota en el estómago que no logras disolver, significa que ni hambre tenés. Por dentro te retorcés del dolor en el pecho, teniendo mil sentimientos a la vez. Hay momentos en que sentís hasta lástima por vos misma. La angustia se localiza en la garganta, y las lágrimas se hacen inevitables. El sueño se va, la cabeza no te deja sacar eso ni un segundo de tus pensamientos. Querés parar de sentir y pensar, inútilmente, porque por más que quieras taparlo, no podes. Por hora