Hay momentos en que le gustaría poder meterse en la cabeza del otro y saber que piensa. Esta vez no le hizo falta. De alguna manera, el cierre de año quizás vuelve mas emocionales a todos. Es asi que hablando con su último ex, llegaron a una pregunta que nunca se habían hecho, o al menos nunca la respondieron sinceramente. Ella le preguntó:
"¿Qué es lo que más te gustó de mi?"
Esperaba una respuesta superficial, y física, como todas las conversaciones que siempre tuvo con él. Pero esta vez la sorprendió, le dijo algo que ella pensaba que nadie lo notaba:
"Me gustó mucho que te gusta dar todo por el otro"
Se quedó en silencio, de alguna manera, esas palabras le llegaron más que cualquier otra que haya recibido durante el año. No supo que contestar. Simplemente se sonrojó, y sonrió. Como si a eso, lo pudiera ver el otro a través del celular. Le parece muy loco ver como las palabras correctas en el momento correcto pueden tener tanto significado, que hacen cosquillas en la panza y te llenan, aunque sea por un rato.
Y también la desconcierta lo tontos que podemos ser, cada vez que no decimos lo que sentimos o pensamos del otro apenas lo sentimos o nos damos cuenta. Quizás dilatamos tanto, nos reprimimos a nosotros mismos, que después es demasiado tarde. Tomamos coraje cuando perdimos a esa persona y ya no hay vuelta atrás.
Suena una conversación a destiempo, pero la sintió como la indicada en ese hoy y ahora, porque ya no se trata de la relación que tenian, sino de quienes fueron cuando estuvieron juntos. Y ella, que terminó con el corazón en pedazos, tuvo la confirmación de él, y no solo de su cabeza, de que había hecho las cosas lo suficientemente bien, para que el otro con sus defectos y egoismos, lo mismo notara que ella se entregó, dió todo a su alcance, sin medidas y arriesgando todo, hasta el punto de que perdió demasiado comparado a lo que él termino valiendo.
Ella no se siente la experta en las relaciones, ni hace las cosas bien todo el tiempo, mucho menos cree que sea la perfecta pareja, porque muchas veces, esos pedacitos que tuvo que recoger, fue porque el amor la ciega y no quiere ver la señales que dicen a gritos que pare, que reconozca la realidad y no siga corriendo sin freno. Solo logra entenderlo cuando se choca contra un gran muro que tiene un cartel todavía más grande que dice "DESILUSIÓN".
Lo mismo, lo que hoy siente, se acerca bastante a sentirse plena y realizada, porque cree que si al menos uno tuvo el coraje de decirle "me gustó mucho que te gusta dar todo por el otro", quizas no signifique que es excelente novia, pero si que es una buena persona, que sin importar lo que reciba, siempre está dispuesta a entregarse al 100%.
Después de todo, justamente esa fue una de las primeras lecciones que sus padres le enseñaron de chica, que no importa lo que pasara, siempre debería ser esa niña buena, que piensa en los demás, porque en sí, eso también se llama AMAR. Y así hoy, decidió nunca dejar de serlo, y amar, siempre amar, dejando un poquito de su corazón en todos aquellos que pasen por su vida. Ya no se trata de relaciones amorosas, se trata de la vida. Ella entiende cada vez mejor hacia donde va, y el camino que quiere elegir, porque así, tal como está, es feliz.
Y también la desconcierta lo tontos que podemos ser, cada vez que no decimos lo que sentimos o pensamos del otro apenas lo sentimos o nos damos cuenta. Quizás dilatamos tanto, nos reprimimos a nosotros mismos, que después es demasiado tarde. Tomamos coraje cuando perdimos a esa persona y ya no hay vuelta atrás.
Suena una conversación a destiempo, pero la sintió como la indicada en ese hoy y ahora, porque ya no se trata de la relación que tenian, sino de quienes fueron cuando estuvieron juntos. Y ella, que terminó con el corazón en pedazos, tuvo la confirmación de él, y no solo de su cabeza, de que había hecho las cosas lo suficientemente bien, para que el otro con sus defectos y egoismos, lo mismo notara que ella se entregó, dió todo a su alcance, sin medidas y arriesgando todo, hasta el punto de que perdió demasiado comparado a lo que él termino valiendo.
Ella no se siente la experta en las relaciones, ni hace las cosas bien todo el tiempo, mucho menos cree que sea la perfecta pareja, porque muchas veces, esos pedacitos que tuvo que recoger, fue porque el amor la ciega y no quiere ver la señales que dicen a gritos que pare, que reconozca la realidad y no siga corriendo sin freno. Solo logra entenderlo cuando se choca contra un gran muro que tiene un cartel todavía más grande que dice "DESILUSIÓN".
Lo mismo, lo que hoy siente, se acerca bastante a sentirse plena y realizada, porque cree que si al menos uno tuvo el coraje de decirle "me gustó mucho que te gusta dar todo por el otro", quizas no signifique que es excelente novia, pero si que es una buena persona, que sin importar lo que reciba, siempre está dispuesta a entregarse al 100%.
Después de todo, justamente esa fue una de las primeras lecciones que sus padres le enseñaron de chica, que no importa lo que pasara, siempre debería ser esa niña buena, que piensa en los demás, porque en sí, eso también se llama AMAR. Y así hoy, decidió nunca dejar de serlo, y amar, siempre amar, dejando un poquito de su corazón en todos aquellos que pasen por su vida. Ya no se trata de relaciones amorosas, se trata de la vida. Ella entiende cada vez mejor hacia donde va, y el camino que quiere elegir, porque así, tal como está, es feliz.
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