El último día de San Valentin no fue un día cualquiera.
No solo fue el día de los enamorados.
Para mi fue un recordatorio, que va creciendo. Un recordatorio de que por 24 años no recibí un "te amo" sincero. Que no pude celebrar este día u oponerme a hacerlo. Que aunque no crea que un día sirve para demostrar el amor, si creo en los instantes en donde dos palabras, un gesto o un símbolo se transforman en el lazo invisible que diferencian a las parejas felices de las que por costumbre hacen algo el 14 de febrero.
Miles de veces me dijeron que soy utópica en el amor, porque no me gusta enamorarme, no creo en el enamoramiento, me opongo a el, porque es el estadio mas tonto en que puede caer una persona. Enamorarse es ilusionarse, es idealizar, es ver solo lo bueno de la persona. Y es ahí, cuando las parejas se terminan, porque al conocerse, no es lo que esperaban, e intentan cambiar algo que no tiene que ser cambiado. Por eso, yo creo en amar/querer aceptando lo bueno y lo malo del otro y dejarse querer mostrando lo bueno y lo malo de uno. Es lo mas sano, porque si hay algo que cambiar, se hace de dos, en paralelo, no tratando de modificar al otro, sino buscando, juntos, evolucionar. Esa es mi teoría. No es ley, porque todavía no la pude comprobar!
No me tocó festejarlo a mi, pero ojala, todas las parejas hayan sido conscientes, que sentirse amado y correspondido, es uno de los grandes regalos que te da la vida. Quien estando en pareja no siente eso, quizás sea momento de pensar de manera no egoísta y desinteresada que es lo mejor para el otro. Y quien ama a alguien, no tenga miedo de decirlo, puede no ser correspondido, pero se siente tan lindo amar, que no tiene porque ser escondido. Quizás tengas suerte, y la otra persona te quiere de igual manera.
Nacimos para amar y ser felices, porque nos cuesta tanto hacerlo? Por que nos escondemos bajo excusas? Por que decimos "no sirvo para ser novi@"? Por que después de sufrir nos cuesta tanto abrir el corazón, amar y dejarnos amar? Quizá sea porque nacimos cobardes, nacimos egoístas y creemos que para amar debemos ser amados primero. Y si todos pensamos así, cada vez menos familias van a existir, menos parejas y personas felices.
Nos estamos perdiendo de amar y entregarnos a otro sin esperar nada a cambio, porque no sabemos que, eso, puede ser la mejor recompensa de todas, y el mejor regalo que podemos dejar en el mundo.
El amor tiene riesgo, la vida es riesgo. Por eso les pregunto: quieren ser un vegetal toda su vida o quieren empezar a sentír el corazón pleno? Hay riesgos que valen la pena y te hacen sentir mas vivo que nunca.
Inténtalo, amá sin medida... Yo me golpeé varias veces amando, pero lo volvería a hacer, porque estoy convencida que amar y dejarse amar es lo más parecido a la felicidad que conocí...
Hay un texto que me ayuda siempre, ahora se los dejo a ustedes...
¿GANAR ES LA UNICA MANERA DE GANAR?
¿NO SE PUEDE GANAR PERDIENDO?
¿NO GANAMOS CUANDO PERDEMOS EL MIEDO?
¿NO GANAMOS CUANDO PERDEMOS EL MIEDO A PERDER?
A veces hace falta perder la
esperanza y la ilusión. Lo
que al principio parece
ser el fin de todo, puede ser
el comienzo de algo mejor.
La ilusión es una palabra
endulcorada, que sostiene al
heroe de todas las peliculas
que hablan de alcanzar un
sueño. Pero la ilusión puede
ser una trampa.
Un iluso es alguien que se
cree cualquier cuento.
La ilusión es una burbuja.
Hay que salirse de la
pelicula de heroes,
romantica y ver la realidad.
Tal vez sea menos bella que
la ilusión, pero lo que es
seguro, es que la ilusion,
nunca da lo que promete.
Soñar es querer cambiar
una realidad. La ilusión
es negarla.
La desilusión no es otra cosa
que una bofeteada que da la
realidad. Nos dice: ey, no seas iluso!
Las cosas son como son.
Y una vez que hayamos
perdido la ilusión, que
hayamos llorado por ese
"mundo ideal" que
perdimos, apretamos la
realidad con las dos manos
y nos decimos ¿y ahora,
que hacemos con esto?
Ahi es donde termina la ilusión,
empieza la vida de verdad. Y
cuando ya estemos
desilusionados, soñemos
en grande con el mundo que
queremos... y por el que
vamos a luchar. Hay que
perder la ilusión , porque ahi,
perder... es ganar.
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