¿Les pasa que cuando extrañan a alguien en realidad extrañan los gestos que tenía esa persona hacia ustedes? A mi si. Muchas veces uno extraña a la persona, desde su risa, hasta su voz, la manera en que se paraba, o su simple presencia. Pero muchas otras veces se extraña algo más que eso, se extrañan los gestos que tenían esas personas para con nosotros. Una mirada dulce, una sonrisa cómplice, un chiste para levantar el ánimo, un reto cuando te mandaste un moco, un abrazo de oso.
Yo extraño esas conexiones únicas que logras con las personas y que por alguna razón después las perdés. Extraño esos besos en la frente que son una caricia al alma, extraño sostener y que me sostengan la mano, extraño esos abrazos que te hacen sentir protegida por esa persona especial, extraño las cosquillas de mi abuelo, extraño recibir un mensaje inesperado y que me saquen una sonrisa instantánea, extraño la sensación en la panza de besar a quien amas, extraño esas miradas picaras que bastan para entender absolutamente todo lo que el otro te quiere decir, extraño que alguien me seque las lagrimas, extraño esas conversaciones sin sentido con algunas amigas que ya no tengo, extraño la confianza de algunos al contarme sus cosas. Extraño tantos gestos, extraño a tantas personas.
Es muy loco mirar para atrás y ver cuantas personas pasaron por tu vida y es más loco todavía seguir extrañando esas cosas que perdiste. Pero, no puedo dejar de pensar en los gestos y personas que tengo ahora. El "¿como te sentís? de mi mejor amiga cuando sabe que estoy enferma o mal, nuestros desayunos, almuerzos o cenas, como excusas para juntarnos. Las peleitas de boxeo con mi papá que son iguales a mil abrazos, que me deje ayudarlo con sus herramientas o arreglando cosas, que me hace sentir igual a él. Los abrazos y consejos de mi mamá cuando estoy llorando, cuando nos tentamos y no paramos de reír por algún papelón que hicimos las dos. Los consejos y charlas de mi mejor amigo, sus dibujos para levantarme el ánimo o su constante recordatorio de lo tonta que puedo ser. Los chats con mi amiga de toda la vida, que aunque este a cientos de kilómetros con un "contame todo" sabemos lo que significa, y que la distancia no cambio en nada lo que somos. Los silencios de mis amigas en entrenamiento, cuando saben que no tuve un buen día al ver mi cara. Los abrazos de mi hermana, los encubrimientos mutuos, y su mirada de amor constante. Esos gestos, esos momentos son los que al día de hoy me hacen sentir lo afortunada que soy. Y son esas cosas las que me demuestran, que por mas que se extrañe, siempre va a haber alguien para marcar la diferencia, y hacer gestos únicos que te cambien el día, la semana o un año...
Solo quiero recordar con alegría esos gestos que me regalaron las personas de mi pasado, y celebrar los gestos que hoy me regalan mis mejores personas del presente. Y así seguir regalando mis gestos a ellas... Quiero creer que por ahí somos los gestos que regalamos, siendo nuestra mejor manera de trascender...
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