A veces me pregunto: ¿Cómo se mide la felicidad? Parecería
que solo basta con decir “Soy feliz” para serlo, pero en realidad ¿lo somos?
¿Qué o quién nos dice que es ser feliz? ¿Comprarte algo nuevo? ¿Sacarte una
buena nota? ¿Tener un hijo, un hermano? ¿Juntarte con amigos? ¿Casarte? ¿Qué es
la felicidad?
Me considero una persona con muchos altibajos anímicos, que
vive en un subibaja de emociones y que nunca las puedo controlar como quiero.
La felicidad es una de las emociones que más me llaman la atención, porque
realmente no sé cuando verdaderamente lo soy o si es solo un espejismo de un
acontecimiento particular.
Creo que la felicidad viene de la mano del dolor que
sentiste alguna vez y de la satisfacción de haber logrado algo, después de
haber tropezado. Suena pesimista, pero a la vez esos son los momentos más
felices que recuerdo.
Tuve a lo largo de mi corta vida muchos momentos dolorosos,
tristes, deprimentes. Pero todos fueron sucedidos por algún momento feliz, y
todos se relacionan con celebrar la vida.
Perder 6 personas que amaba, en contraposición al nacimiento
de mi hermana, el mejor día de mi vida. El cáncer de mi mamá, su posterior cura
y la unión familiar. Tener el corazón roto y encontrarme a mí misma. Momentos de
dolor, seguidos de un momento feliz que aunque sea duro batallar para
conseguirlo, al final, vale la pena. La vida da golpes, a algunos más que a
otros, pero siempre existe la posibilidad de ser feliz, incluso cuando parece
imposible. Dicen “todo pasa por algo” y es así, depende de nosotros, hacer que
ese algo sea una buena razón.
“¿Soy feliz?” me lo
sigo preguntando. Dudo en la respuesta. Lo pienso de nuevo, comparo, recuerdo,
quizás lo sea. Últimamente tengo más días buenos que malos, mi humor está más
estable, casi no me enojo, disfruto más, espero menos. Recibo las cosas que me
tocan vivir con gratitud y tratando de aprender de ellas, sean buenas o malas.
Escribir esto me llevo más de una semana, cambie tantas
veces varios párrafos, no se si se puede explicar la felicidad, ni tengo la
certeza de poder hablar mucho más de ella. Pero hoy entendí, que se necesitan
días malos para poder valorar los buenos, y pasa lo mismo con la felicidad;
acaso, ¿cómo sabremos que somos felices si nunca estuvimos tristes? Largué
muchas lágrimas de tristeza en mi vida, que afirman que HOY SI PUEDO SER FELIZ.
No sé si tiene sentido lo que escribí, pero así esta mi mente,
con esos interrogantes, mientras que de a poco van surgiendo algunas
respuestas, que mi corazón andaba necesitando, y que definitivamente lo hacen
feliz.
Hay una partícula subatómoca que es tan tenue que no se puede ver:
ResponderBorrarpara verla hace falta que sea impactada por un fotón, el choque genera luz y al ver la luz, uno sabe que está ahí.
Pero ésta partícula es tan tenue que el fotón la hace pelota y cuando ves la luz del choque, es porque la partícula ya no existe.
Con la felicidad debe ser algo parecido: no se puede fotografiar ni medir ni considerar.
Como Dios o el Japón: hay gente que jura que los conocieron.
Bienaventurados los que no necesitan fotos para creer.