Hoy no voy a escribir sobre mi. Vengo a contarles una historia, de esas que parecen un best seller, no me pasó a mi, pero si a una de las mejores personas que conozco. Esta es mi versión sobre su historia de amor. Y por sobretodo, se la quiero regalar a ella, y a él en está semana que seguro es una de las más importante de sus vidas.
Ella es L, él es P, y hoy escribo sobre como me inspira su historia, sobre como me caen lágrimas de emoción por lo que están viviendo, sobre lo feliz que soy de que ellos lo sean.
Mi versión:
Para mi, todo comenzó una noche que con L salimos de entrenar y decidimos comer con algunos de sus compañeros de trabajo. Estabamos sucias, transpiradas, despeinadas y obviamente desmaquilladas. Cargamos nuestros palos de hockey, mochilas, nos subimos a un taxi y fuimos a un bar donde ya nos esperaban. Eran varios hombres y nosotras dos con ropa deportiva y desalineada. No recuerdo que comimos, pero si de las cervezas que tomamos. En un momento, después de reírnos mucho, nos pareció buena idea ir a otro lugar, incluso salir a bailar. Si no mal recuerdo era un miércoles. Empezamos a caminar, sin pensar mucho, dejamos nuestras cosas en el departamento de uno de los chicos y buscamos un nuevo destino. Con nuestra vestimenta era lógico que no consiguiéramos entrar en algún lugar decente, y terminamos en otro bar, que básicamente entramos porque nos llamó la atención las luces. Perdimos noción del tiempo, nos estábamos divirtiendo mucho. Lo siguiente que recuerdo es que fui a buscar las cosas al departamento, y cuando bajé vi a L y P en una situación que me sacó una sonrisa por largo rato.
L estaba apoyada en el portero, con un pie en puntita moviendolo en círculos como en toda película de Disney, como signo de enamoramiento. P estaba parado en frente diciendo seguramente algo gracioso porque sonreía y L también. Fue la primera vez que los vi, mirándose de esa manera especial con que lo hacen ahora. Chispas por doquier.
Con el correr de los días la tensión entre ellos fue creciendo, y se convirtió en un amor prohibido. Luego en una aventura con fecha de vencimiento. Y por último en amor eterno. Aunque esto último tardó un poco más en llegar.
Mientras se fue dando todo ese proceso, recuerdo muy bien los momentos en los que saltabamos de alegría con L cada vez que me contaba las cosas lindas que estaba viviendo, las sorpresas y los gestos, recuerdo el brillo de sus ojos, y la sonrisa que no se le borraba con nada. Incluso cuando caminaba parecía que flotaba. Como así también recuerdo sus lágrimas de bronca, cuando algo pasaba y cambiaba su nuevo paradigma, recuerdo nuestras eternas charlas tratando de descifrar a P, que cambiaba tanto de un momento a otro. Recuerdo mis ganas de matarlo por hacer sufrir a mi amiga, y recuerdo mis ganas de abrazarlo cada vez que la hacia feliz. Recuerdo nuestras noches de Karaoke despechado en donde nuestro repertorio iba desde Karina hasta Los Pimpinela, Ana Gabriel, y otros tantos más. Recuerdo cuando ayudaba a organizar las juntadas secretas entre L y P, siendo cómplice de un amor complicado, pero que definitivamente era más fuerte que cualquier otra cosa. Recuerdo que viví junto a L tantas emociones encontradas y me alegra haber estado a su lado, jugar el rol de amiga de uno de los personajes principales de esta historia.
En toda historia de amor verdadero, se necesita un nudo fuerte, apretado y doloroso. Esta no fue la excepción. Como dije antes, este amor parecía tener fecha de vencimiento. P viajaba al Viejo Mundo a cumplir un sueño (al menos uno de ellos), por lo que la separación era inminente. Intentaron cortar, pero no podían. Este es un tipo de amor, en el cual, la cabeza te dice que está mal, que no se puede seguir, pero por el otro lado, el corazón sabe que continuar luchando es lo mejor que te puede pasar. Y ellos le hicieron caso al corazón, por suerte. Hubo momentos buenos, hubo momentos malos, hubo sonrisas y lagrimas, hubo dudas, hubo certezas, hubo acercamientos y hubo huidas. Pasó de todo. Meses que se transformaron en casi un año. Meses en que L, se transformó también en uno de mis pilares, y en una de las personas que más admiro, por su valentía, por su perseverancia, porque se la sabía jugar por lo que quería, lo cual, va mucho más allá de un amor, es sobre la vida misma.
Los giros de la vida, su inteligencia, su vocación y su valentía, hicieron que ella tuviera la posibilidad de viajar al Viejo Mundo también para seguir cumpliendo sus sueños. Estando en destino, L y P vuelven a reunirse, y el amor seguía tan floreciente como acá, nada se había perdido, aunque algunas cosas hacían que sea imposible. Tardó tiempo, lágrimas, alegrías y por sobretodo valentía para que P se la jugara por ella, y por suerte lo hizo. No sucedió como magia o como hechizo de amor, fue más difícil y complicado, pero lo lograron, juntos, apoyándose uno al otro, escuchándose pero por sobretodo amándose sin medida y sin condiciones.
Y así pasó otro año lleno de viajes, momentos inolvidables y por sobretodo vivencias que hicieron que hoy, ya estén comprometidos y por tomar una de las decisiones más hermosas de todas. Decir: "SI, QUIERO", esas dos palabras que significan mucho más que eso. Es entrega, es amor, es para siempre, es unión, es amistad, es trabajo en equipo, es crisis y reconciliación, es FAMILIA.
¿Quien diría que L y P cumplirían más de un sueño estando en el Viejo Mundo? Creo que todos los que los amamos, sabíamos que esto era el destino que tenía que suceder, era el regalo de la vida que merecían. Ambos sufrieron, ambos pasaron cosas muy difíciles en sus vidas individuales, pero nunca dejaron de ser buenas personas. Y las buenas personas tienen finales felices. En realidad, está decisión que están tomando, no es un final feliz a su historia, todo lo contrario es el comienzo feliz que tanto queremos para ustedes, y el cual deseo con todo el corazón.
L y P, su historia me inspira, me hace llorisquear como cuando veo "Diario de una Pasión",y más. Porque lo de ustedes es real, es visible, y porque tuve la posibilidad de ver como se miran y sonríen, de la misma manera que esa vez en el portero. Esas miradas de amor siguen intactas, ahora mejores, porque se le suma la complicidad que solo ustedes tienen. Lamento estar tan lejos para llorar, reir y abrazarlos tan fuerte como me es posible en estos momentos, pero saben que comparto su felicidad y con su historia ya me hicieron feliz.
Espero verlos pronto como Esposa L y Esposo P, que me cuenten de sus últimas aventuras, y sepan que los llevo en mi corazón siempre.
L, siempre te dije que te quiero, admiro, respeto y adoro, sos una de esas personas difíciles de encontrar, y sos mi amiga, la que no juzga, la que escucha, la que entiende y la que acompaña, aún en la distancia. Sé feliz, y seguí trasmitiendo tu magia a los corazones de quienes entran en tu vida, haces que todo sea más brillante cuando estas.
P, cuidá a mi amiga, y por sobretodo jamás dejes de sostenerle la mano. Prométeme que la vas a hacer reír lo más que puedas, y vas a seguir siendo su admiración, porque además de amarte, también te admira.
L y P, jamás dejen de luchar por su amor, son expertos en hacerlo, no se rindan, son el uno para el otro. Si tienen crisis, úsenlas como un medio para unirse todavía más y superarlas. Ya que después de una tormenta, es cuando se puede valorar la claridad de un nuevo día, y por sobretodo, los momentos duros, nos hacen resaltar la belleza e importancia de los días felices.
Por último, les quiero regalar un texto que creo se amolda totalmente a ustedes:
Ella es L, él es P, y hoy escribo sobre como me inspira su historia, sobre como me caen lágrimas de emoción por lo que están viviendo, sobre lo feliz que soy de que ellos lo sean.
Mi versión:
Para mi, todo comenzó una noche que con L salimos de entrenar y decidimos comer con algunos de sus compañeros de trabajo. Estabamos sucias, transpiradas, despeinadas y obviamente desmaquilladas. Cargamos nuestros palos de hockey, mochilas, nos subimos a un taxi y fuimos a un bar donde ya nos esperaban. Eran varios hombres y nosotras dos con ropa deportiva y desalineada. No recuerdo que comimos, pero si de las cervezas que tomamos. En un momento, después de reírnos mucho, nos pareció buena idea ir a otro lugar, incluso salir a bailar. Si no mal recuerdo era un miércoles. Empezamos a caminar, sin pensar mucho, dejamos nuestras cosas en el departamento de uno de los chicos y buscamos un nuevo destino. Con nuestra vestimenta era lógico que no consiguiéramos entrar en algún lugar decente, y terminamos en otro bar, que básicamente entramos porque nos llamó la atención las luces. Perdimos noción del tiempo, nos estábamos divirtiendo mucho. Lo siguiente que recuerdo es que fui a buscar las cosas al departamento, y cuando bajé vi a L y P en una situación que me sacó una sonrisa por largo rato.
L estaba apoyada en el portero, con un pie en puntita moviendolo en círculos como en toda película de Disney, como signo de enamoramiento. P estaba parado en frente diciendo seguramente algo gracioso porque sonreía y L también. Fue la primera vez que los vi, mirándose de esa manera especial con que lo hacen ahora. Chispas por doquier.
Con el correr de los días la tensión entre ellos fue creciendo, y se convirtió en un amor prohibido. Luego en una aventura con fecha de vencimiento. Y por último en amor eterno. Aunque esto último tardó un poco más en llegar.
Mientras se fue dando todo ese proceso, recuerdo muy bien los momentos en los que saltabamos de alegría con L cada vez que me contaba las cosas lindas que estaba viviendo, las sorpresas y los gestos, recuerdo el brillo de sus ojos, y la sonrisa que no se le borraba con nada. Incluso cuando caminaba parecía que flotaba. Como así también recuerdo sus lágrimas de bronca, cuando algo pasaba y cambiaba su nuevo paradigma, recuerdo nuestras eternas charlas tratando de descifrar a P, que cambiaba tanto de un momento a otro. Recuerdo mis ganas de matarlo por hacer sufrir a mi amiga, y recuerdo mis ganas de abrazarlo cada vez que la hacia feliz. Recuerdo nuestras noches de Karaoke despechado en donde nuestro repertorio iba desde Karina hasta Los Pimpinela, Ana Gabriel, y otros tantos más. Recuerdo cuando ayudaba a organizar las juntadas secretas entre L y P, siendo cómplice de un amor complicado, pero que definitivamente era más fuerte que cualquier otra cosa. Recuerdo que viví junto a L tantas emociones encontradas y me alegra haber estado a su lado, jugar el rol de amiga de uno de los personajes principales de esta historia.
En toda historia de amor verdadero, se necesita un nudo fuerte, apretado y doloroso. Esta no fue la excepción. Como dije antes, este amor parecía tener fecha de vencimiento. P viajaba al Viejo Mundo a cumplir un sueño (al menos uno de ellos), por lo que la separación era inminente. Intentaron cortar, pero no podían. Este es un tipo de amor, en el cual, la cabeza te dice que está mal, que no se puede seguir, pero por el otro lado, el corazón sabe que continuar luchando es lo mejor que te puede pasar. Y ellos le hicieron caso al corazón, por suerte. Hubo momentos buenos, hubo momentos malos, hubo sonrisas y lagrimas, hubo dudas, hubo certezas, hubo acercamientos y hubo huidas. Pasó de todo. Meses que se transformaron en casi un año. Meses en que L, se transformó también en uno de mis pilares, y en una de las personas que más admiro, por su valentía, por su perseverancia, porque se la sabía jugar por lo que quería, lo cual, va mucho más allá de un amor, es sobre la vida misma.
Los giros de la vida, su inteligencia, su vocación y su valentía, hicieron que ella tuviera la posibilidad de viajar al Viejo Mundo también para seguir cumpliendo sus sueños. Estando en destino, L y P vuelven a reunirse, y el amor seguía tan floreciente como acá, nada se había perdido, aunque algunas cosas hacían que sea imposible. Tardó tiempo, lágrimas, alegrías y por sobretodo valentía para que P se la jugara por ella, y por suerte lo hizo. No sucedió como magia o como hechizo de amor, fue más difícil y complicado, pero lo lograron, juntos, apoyándose uno al otro, escuchándose pero por sobretodo amándose sin medida y sin condiciones.
Y así pasó otro año lleno de viajes, momentos inolvidables y por sobretodo vivencias que hicieron que hoy, ya estén comprometidos y por tomar una de las decisiones más hermosas de todas. Decir: "SI, QUIERO", esas dos palabras que significan mucho más que eso. Es entrega, es amor, es para siempre, es unión, es amistad, es trabajo en equipo, es crisis y reconciliación, es FAMILIA.
¿Quien diría que L y P cumplirían más de un sueño estando en el Viejo Mundo? Creo que todos los que los amamos, sabíamos que esto era el destino que tenía que suceder, era el regalo de la vida que merecían. Ambos sufrieron, ambos pasaron cosas muy difíciles en sus vidas individuales, pero nunca dejaron de ser buenas personas. Y las buenas personas tienen finales felices. En realidad, está decisión que están tomando, no es un final feliz a su historia, todo lo contrario es el comienzo feliz que tanto queremos para ustedes, y el cual deseo con todo el corazón.
L y P, su historia me inspira, me hace llorisquear como cuando veo "Diario de una Pasión",y más. Porque lo de ustedes es real, es visible, y porque tuve la posibilidad de ver como se miran y sonríen, de la misma manera que esa vez en el portero. Esas miradas de amor siguen intactas, ahora mejores, porque se le suma la complicidad que solo ustedes tienen. Lamento estar tan lejos para llorar, reir y abrazarlos tan fuerte como me es posible en estos momentos, pero saben que comparto su felicidad y con su historia ya me hicieron feliz.
Espero verlos pronto como Esposa L y Esposo P, que me cuenten de sus últimas aventuras, y sepan que los llevo en mi corazón siempre.
L, siempre te dije que te quiero, admiro, respeto y adoro, sos una de esas personas difíciles de encontrar, y sos mi amiga, la que no juzga, la que escucha, la que entiende y la que acompaña, aún en la distancia. Sé feliz, y seguí trasmitiendo tu magia a los corazones de quienes entran en tu vida, haces que todo sea más brillante cuando estas.
P, cuidá a mi amiga, y por sobretodo jamás dejes de sostenerle la mano. Prométeme que la vas a hacer reír lo más que puedas, y vas a seguir siendo su admiración, porque además de amarte, también te admira.
L y P, jamás dejen de luchar por su amor, son expertos en hacerlo, no se rindan, son el uno para el otro. Si tienen crisis, úsenlas como un medio para unirse todavía más y superarlas. Ya que después de una tormenta, es cuando se puede valorar la claridad de un nuevo día, y por sobretodo, los momentos duros, nos hacen resaltar la belleza e importancia de los días felices.
Por último, les quiero regalar un texto que creo se amolda totalmente a ustedes:
"No sé si lo recuerdo o me lo contaron pero cuando era chiquita mi mamá me decía ‘dame la mano para cruzar la calle’, y yo le decía ‘no, no te la doy, te la presto’, porque dar la mano me sonaba a darla, sacármela y darla ¿pero dar una mano no es un poco eso?
Dar una mano a alguien es mucho más que hacer un favor. No es dedicar unos minutos que te sobran, es dar una parte tuya, es darte vos.
Dar la mano es aferrarte y aferrar al otro.
Cuando el mundo se vuelve un abismo y todo se cae tus manos no se aferran a algo, se aferran a alguien, alguien que no te deja caer.
Cuando vos diste tu mano ya no hay forma de soltarla, ya no es tuya, está unida a la del otro, las dos manos son una.
Las manos nos unen, nos suman, cuando damos la mano dejamos de ser yo para ser nosotros.
Mi mano ya no es mía, es tuya, o nuestra. Nunca voy a soltarte la mano, pase lo que pase."
Hola, vi luz y subí.
ResponderBorrarLas historias son lindas cuando terminan bien. Cada uno tiene su historia, algunos con final feliz y otros con menos glamour.
Te saludo.
Por suerte la historia real de mis amigos viene con comienzo feliz, ojalá continúe igual... y jamás tenga fin...
Borrar