Hace mucho que no escribo y no es que me falten historias, no tenga de que quejarme, de que aprender, o que sea aburrida de nuevo. Simplemente, me di cuenta que mi corazón ya no guarda bronca, ni dolor, y esas fueron, justamente, las razones por las que comencé el blog. Pero hoy, me di cuenta, que extrañaba esta linda sensación de conectarte con uno mismo, y me puse a leer algunas de mis ultimas entradas.
Y me pasó algo increíble, empecé a llorar por mis propias palabras. Logré conectarme nuevamente. Me sorprendí, por lo que generan las palabras, pero me sorprendió mas, que yo haya sido capaz de expresarlas.
2015 será recordado como el año que descubrí que no era lo que creía ser. Fue el año que redefiní mis sueños. Y aunque tengo muchas cosas inconclusas, recibo con esperanza los cambios que puedo seguir generando.
No se bien que voy a seguir escribiendo, pero sé que quiero seguir haciéndolo. Me emociona haber encontrado una pasión, un escape tan sano como este. Sin duda, gracias al blog, hoy soy distinta y cumplí lo que prometí cuando empecé a hacerlo. Dejar mi propia huella o ser una pequeña luz tenue en mi propia vida, poder iluminarme al menos a mi. Ya no busco cambiar a los demás o ser luz de todos, busco ser yo misma y ser compañera, amiga, mejor persona con aquellos que a pesar de todo siguieron y siguen creyendo en mi...
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